PAULINO CÁRDENAS
Se da por hecho que en el estado de México no habrá alianza entre el PAN y el PRD para competir en las elecciones del proximo 3 de julio cuando se vote por el nuevo gobernador que habrá de sustiuir a Enrique Peña Nieto. Aunque el PRI no ha definido quién será su candidato, el sol azteca ya lo tiene en la persona de Alejandro Encinas Rodríguez, y el blanquiazul virtualmente en Luis Felipe Bravo Mena. Ambos están considerados los más radicales de la izquierda y la derecha mexicana, respectivamente. Ya compitieron y perdieron en 1993 por la entidad mexiquense ante el candidato del PRI.
Andrés Manuel López Obrador propició mucho de lo sucedido en los últimos días. En el caso de Encinas se afirma que el asunto fue previamente arreglado por el tabasqueño en donde al jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard lo mandó a que le pusiera el ‘cascabel al gato’ la semana pasada y convocara a las corrientes de izquierda en un restaurante del centro histórico para ‘destapar’ como precandidato a la gubernatura del estado de México al economista superamigo del tabasqueño. Como se sabe, los dos son subordinados de Andrés Manuel. Con ese albazo el perredismo sometido quedó rebasado.
A las pocas horas de su ‘destape’ el propio Andrés Manuel López Obrador apareció del brazo precisamente de Alejandro Encinas en el municipio de Ocuila, estado de México, al iniciar su ‘Gira de la Lealtad’ en donde al todavía coordinador de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, después de hacerle un amplio reconocimiento por sus convicciones a favor de los de abajo y por su trayectoria dentro de la administración pública, señaló que lo propondrá “como candidato único a los partidos del Trabajo, Convergencia y PRD».
Como se recordará, López Obrador fue el primero quien mencionó a quien fuera su interino en el gobierno del Distrito Federal, como la mejor pieza de la izquierda mexicana para contender y ganar la gubernatura del estado de México en las elecciones del 2011 a celebrarse el próximo 3 de julio. El coordinador de los diputados perredistas en San Lázaro dijo que antes de saber si aceptaba formalmente debía revisar el aspecto jurídico sobre su residencia en el estado de México, asunto que dice tener resuelto.
Escriben sus biógrafos que Encinas ha recorrido los caminos de la izquierda partidaria. Fue militante del Partido Comunista, fundador del PSUM, del PMS y el PRD. En el Sol Azteca ha estado cerca de Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. Este último lo rescató en el año 2000 de la derrota electoral para jefe delegacional en Álvaro Obregón y lo nombró secretario de Desarrollo Económico de la ciudad.
Durante cinco años en los que fue su subordinado, entre 2000 y 2005, Encinas consolidó una relación política con López Obrador la cual, como se ve, se mantiene firme hasta ahora. Tras el paso por la subsecretaría y la secretaría de Gobierno, el 2 de agosto de 2005 se convirtió en jefe de Gobierno interino. Su inclusión al gabinete de López Obrador era un hecho si el tabasqueño hubiera ganado las elecciones presidenciales al año siguiente.
Al final logró un escaño en la Cámara de Diputados y actualmente es coordinador de la bancada de su partido en San Lázaro. Hoy está en el umbral de ser el candidato de las izquierdas unidas para contender por la gubernatura del estado de México por segunda vez. En 1993 Encinas se enfrentó cara a cara con el Grupo Atlacomulco. Fue candidato a gobernador del estado de México contra Chuayffet, en donde también participó el panista Luis Felipe Bravo Mena. Desde ahí resintió la división en el PRD porque su partido lo dejó morir solo en aquel entonces.
El otro caso es el del ex secretario particular del Presidente, el leonés-guanajuatense Luis Felipe Bravo Mena, quien fue relevado del cargo el viernes pasado y al que los observadores ya lo ven como el próximo candidato del PAN en las elecciones del estado de México, en las que participó y perdió en el 93. Hoy, durante la reunión del CEN de su partido podría empezar a definirse su candidatura como abanderado del albiazul para el estado de México.
Al respecto, en su libro ‘Los secretos del Yunque’, Luis Paredes, ex militante de la organización secreta de la ultraderecha mexicana de orientación católica, fundada por jesuitas en 1953 en Puebla bajo la premisa de convertir al catolicismo en el factor de unidad nacional, señala que Luis Felipe Bravo Mena fue presidente de esa agrupación. Los otros dos dirigentes de El Yunque, señala el autor, han sido Manuel Espino y César Nava.