PAULINO CÁRDENAS
La melosa ‘luna de miel’ que viven PAN y PRD y que sus dirigentes festejan con tanta fanfarria después de las elecciones del pasado 4 de julio, durará hasta que empiecen a decidir quiénes ocuparán los principales cargos de mando y decisiones, sobre todo los del manejo de los presupuestos en las entidades donde como aliados políticos ganaron. Como en los matrimonios, es ahí donde empezarán las verdades, a ver si eso también lo hacen público y lo festinan.
Aún así, los novios políticos ya andan haciendo planes para ir de la mano también en el 2011, para las elecciones en las que habrá cambio de gobernador, pero cuya principal mira de la pareja electorera está puesta en el estado de México, plaza considerada el bastión de oro del priísmo, que para muchos viene a ser la antesala de lo que pudiera suceder en las elecciones presidenciales a celebrarse el primer domingo de julio del 2012.
Todo comenzó el año pasado con la idea de ver cómo el PAN-gobierno convencía al PRI para que ayudara a aprobar en el Congreso las leyes de Ingresos y Egresos 2010, ya que ellos tenían la sartén por el mango en San Lázaro. Así, surgió la idea de suscribir un compromiso-trueque de pedirle ese apoyo a la dirigencia del tricolor, a cambio de no ir en alianza con ingún partudo en las elecciones del 2011 en el estado de México, específicamente con el PRD.
Con la venia de Los Pinos así se hizo, aprovechando el estado de ánimo del prísmo y su cúpula por su contundente triunfo electoral de mediados de año, que en una actitud de ‘perdonavidas’ accedió a hacer el trato, una audaz propuesta que muchos la consideraron sin lógica política. Incluso el senador priísta Manlio Fabio Beltrones, quien al parecer no fue convidado al acuerdo que se habría hecho en ‘lo oscurito’, cuando se enteró la calificó de ‘ antinatura’.
Esta consistía en suscribir el compromiso de cero alianzas del PAN con el PRD para las elecciones del 2011 en el estado de México donde habrá relevo de gobierno, sabiendo sin duda que esa era desde entonces la intención con miras a no permitir otro descalabro tan contundente como el del 2009, con miras al 2012. Pero, ¿qué hacer con las elecciones que se avecinaban en el 2010? Ahí no había ningún compromiso suscrito.
Por ahí se fueron PAN y PRD ante el berrinche de muchos, entre ellos del propio secretaro de Gobernación Fernando Gómez Mont, que hasta a su militancia panista renunció cimbrando a la clase política del albiazul creyendo que vendría un cisma en el partido en el poder –y en el poder mismo–, que nunca se dio. Por ello se le tildó al funcionario de estar a favor de Peña Nieto; hasta la fecha.
Nadie se explica de qué se valieron César Nava o el secretario Gómez Mont para haber convencido a Beatriz Paredes, con la amplia experiencia política que ésta tiene, para que firmara este convenio de ‘no’ hacer alianzas con el PRD para el 2011, a cambio de su colaboración legislativa; dicen que el arreglo fue empujado por el gobernador Peña Nieto. ¿Así habría sido?
El caso es que la ‘chamaqueada’ le salió cara a la dirigente priísta, porque no creía que los dos partidos que habían quedado desfundados en las elecciones intermedias del 2009 tendrían para levantar cabeza ni solos ni juntos, y hacer el milagro de ganar elecciones en coalición en los estados en los que acordaron ir de la mano este año. Pero, ¡Oh sopresa¡.
Después de los triunfos de la alianza PAN-PRD sus dirigentes ya hacen planes para ir de la mano nuevamente en los comicios del 2011 en el estado de México, aunque Acción Nacional rompa el supuesto acuerdo que habría suscrito en lo oscurito con el PRI. Eso empezó a causar escozor en la cúpula del partido tricolor y entre sus principales protagonistas, a quienes, si ya se les veía nerviosos antes del domingo, ahora se les ve, además, temerosos.
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